Antes de abrir su propia tienda, Carolina ya era cliente de Biopompas: “cuando vivía en Barcelona, se convirtió en mi tienda favorita para comprar todos los productos de limpieza e higiene personal a granel”.
Se dedicaba a la consultoría de recursos humanos y viajaba continuamente debido al trabajo de su marido, pero con el cambio de situación derivado de la pandemia y “la posibilidad de teletrabajo permanente para mi marido”, decidieron establecerse de manera continua en Zaragoza y Carolina se centró en lo que tiempo atrás se había planteado y que tantas ganas tenía de hacer: montar su propia tienda Bipompompas. “Siempre me he interesado por cuidar el medioambiente, pero no había muchas posibilidades de hacerlo, dado que las empresas te lo ponen complicado con tanto plástico y la cantidad de químicos que le ponen a la mayoría de los productos. Por eso me gustó Biopompas, porque brinda a las personas la posibilidad de cambiar sus hábitos de consumo y vivir de manera más sostenible y entre todos podemos aportar mucho con pequeños gestos”. Así que “busqué información del funcionamiento de la empresa, pues los productos ya me encantaban, y decidí buscar local en Zaragoza y dar el paso”.
“Produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no la escucha”.
Victor Hugo
Esta frase de Victor Hugo tiene un sentido especial para Carolina ya que “muestra lo importante que es observar lo que pasa a nuestro alrededor con el agua, los bosques, la contaminación del aire… y estar atentos a los mensajes que nos manda la naturaleza, aunque no basta con saber lo que ocurre, sino que es necesario actuar”.
Carolina ha decidido actuar y ha abierto las puertas de su nueva etapa en Zaragoza, una etapa más sostenible y acorde con su estilo de vida y su compromiso. Como ella misma dice: “quizá no puedo cambiar el mundo pero sí el pedacito que me toca”.
Carolina, Biopompas Zaragoza